Comentamos un pequeño reportaje que aparece en El País Semanal del pasado domingo, que lleva este título precisamente. Sé que soy una pesada, pero por mucho que lo intente no lo seré nunca tanto como los listillos de los entendidos que nos dan los mismos consejos diez veces al año y nos suponen a todas (que no a todos) los mismos problemas y deformidades; y, por supuesto, las mismas conductas. Por supuesto, trata de los cuidados y precauciones que tenemos que tomar durante todo el año para conseguir, esta vez sí (como todas) llevar a buen puerto nuestros “buenos propósitos”.
ENERO: No figura. Pero por lo visto, y según la Sociedad Española de Hipertensión, nos lo pasamos acumulando de dos a cuatro kilos por barba.
FEBRERO: La cara y el cuerpo: Pilates, yoga o natación se imponen tras los excesos navideños. Cremas reparadoras para rostros estresados (¿de la masticación...?).
MARZO: Labios y ojos: mimos cosméticos para salvaguardarlos de inclemencias ambientales e inoportunas (¿!) gesticulaciones.
ABRIL: Tiempo de dieta: (otra vez????????) ¿Claro, el síndrome preplaya! Si se quiere adelgazar para el verano, conviene comenzar antes (pero... ¿no habíamos comenzado ya en Febrero?).
MAYO: Atacar la celulitis: Te explican lo que es, te recomiendan un par de productos pastosos y te vuelven a recomendar ejercicio.
JUNIO: Tripa plana: Aparatología (pasta gansa cada sesión...) cápsulas y cremas que, como todo el mundo sabe, no sirven para nada más que para beneficio de los laboratorios.
JULIO: Piernas ligeras: Aparte de sugerir que estás llena de hinchazones y varices, aquí te dan un buen consejo: “ingerir grandes cantidades de gazpacho y ensaladas”. Me apunto, aunque no tenga hinchazones ni varices.
AGOSTO: Sí al moreno, no a los kilos: Pero... ¿qué kilos? ¿no llevábamos haciendo dieta desde abril? Pues no. Ahora tocan los complejos saciantes para lucir biquini sin complejos (¿en qué quedamos, con o sin?) y el eterno exfoliante que prolongará nuestro moreno... no mucho, porque según esto, en diciembre ya estamos con un aspecto deplorable. Bueno, eso las que vayan a la playa, las que no no perdemos jamás el moreno.
SEPTIEMBRE: Recuperación del cabello: hecho polvo por el sol, el cloro... claro, como todas hemos ido a la playa... y ninguna nadamos hasta Febrero...
OCTUBRE: Una escapada fuera de temporada: (aquí todas somos millonarias y además sin trabajar). Por unos 800€ de nada, balneario (sin contar viaje y si vas sola, claro).
NOVIEMBRE: Manos y brazos en forma: por lo visto tenemos flaccidez, piel áspera y forma indefinida (¿qué forma indefinida, algo así como amebas?). Pesas, ya que seguimos sin nadar, y cremas reafirmantes, tan útiles como las antimanchas para las manos (jeje...)
DICIEMBRE: Mascarillas reparadoras: por lo visto la piel del rostro acusa el cansancio y la falta de tono...
Me he entretenido en ir sumando todos los productos y tratamientos que recomiendan: calculo que una mujer típica con cartucheras, brazos de ameba, michelines, piel apagada, manchas en las manos, el pelo hecho una pena y con unos crónicos kilos de más se tendrá que gastar unos 250 o 300€ al mes en seguir hecha una pena, porque a buen seguro el año que viene darán como cierto que todas seguimos teniendo los mismos problemas.
Fascinante.
FEBRERO: La cara y el cuerpo: Pilates, yoga o natación se imponen tras los excesos navideños. Cremas reparadoras para rostros estresados (¿de la masticación...?).
MARZO: Labios y ojos: mimos cosméticos para salvaguardarlos de inclemencias ambientales e inoportunas (¿!) gesticulaciones.
ABRIL: Tiempo de dieta: (otra vez????????) ¿Claro, el síndrome preplaya! Si se quiere adelgazar para el verano, conviene comenzar antes (pero... ¿no habíamos comenzado ya en Febrero?).
MAYO: Atacar la celulitis: Te explican lo que es, te recomiendan un par de productos pastosos y te vuelven a recomendar ejercicio.
JUNIO: Tripa plana: Aparatología (pasta gansa cada sesión...) cápsulas y cremas que, como todo el mundo sabe, no sirven para nada más que para beneficio de los laboratorios.
JULIO: Piernas ligeras: Aparte de sugerir que estás llena de hinchazones y varices, aquí te dan un buen consejo: “ingerir grandes cantidades de gazpacho y ensaladas”. Me apunto, aunque no tenga hinchazones ni varices.
AGOSTO: Sí al moreno, no a los kilos: Pero... ¿qué kilos? ¿no llevábamos haciendo dieta desde abril? Pues no. Ahora tocan los complejos saciantes para lucir biquini sin complejos (¿en qué quedamos, con o sin?) y el eterno exfoliante que prolongará nuestro moreno... no mucho, porque según esto, en diciembre ya estamos con un aspecto deplorable. Bueno, eso las que vayan a la playa, las que no no perdemos jamás el moreno.
SEPTIEMBRE: Recuperación del cabello: hecho polvo por el sol, el cloro... claro, como todas hemos ido a la playa... y ninguna nadamos hasta Febrero...
OCTUBRE: Una escapada fuera de temporada: (aquí todas somos millonarias y además sin trabajar). Por unos 800€ de nada, balneario (sin contar viaje y si vas sola, claro).
NOVIEMBRE: Manos y brazos en forma: por lo visto tenemos flaccidez, piel áspera y forma indefinida (¿qué forma indefinida, algo así como amebas?). Pesas, ya que seguimos sin nadar, y cremas reafirmantes, tan útiles como las antimanchas para las manos (jeje...)
DICIEMBRE: Mascarillas reparadoras: por lo visto la piel del rostro acusa el cansancio y la falta de tono...
Me he entretenido en ir sumando todos los productos y tratamientos que recomiendan: calculo que una mujer típica con cartucheras, brazos de ameba, michelines, piel apagada, manchas en las manos, el pelo hecho una pena y con unos crónicos kilos de más se tendrá que gastar unos 250 o 300€ al mes en seguir hecha una pena, porque a buen seguro el año que viene darán como cierto que todas seguimos teniendo los mismos problemas.
Fascinante.
1 comentario:
Me encanta lo de las gesticulaciones inoportunas, ja, ja, jaaaaaa, con sólo que conduzcas ya tienes una buena ración de ellas al día (y lo que ejercitas el dedo medio de cada mano saludando a los otros conductores, ni te cuento).
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