jueves, junio 29, 2006

¿MERCADO DE OCASIÓN?


Tanto iba a comentar el artículo de Monse que he decidido escribir yo también uno sobre el mismo tema y espero que no sea yo la única, porque muchas pasamos por la misma situación.
No es casualidad que yo conozca también al amigo-padrecito del que habla Monse, porque somos casi como hermanas y los amigos de mis amigas son mis amigos y todo eso...
Este hombre tan seguro que intenta consolar cayendo en los viejos tópicos de :
-Los hombres dan amor para conseguir sexo y las mujeres dan sexo para conseguir amor.
-Las mujeres hacen el amor, los hombres follan.
- A los hombres no les gusta que las mujeres tomen la iniciativa.
Tópicos que no consuelan para nada porque te hacen sentir, encima de mal, imbécil y, sobre todo, adocenada, metida en el gran saco de “las mujeres”, todas iguales, sin nada especial. Y que, además, son falsos, como todos los tópicos.
Este hombre que intenta consolar, decíamos, a la mujer supuestamente incauta e inexperta, usa como escudo, para proteger su propia fragilidad, esos mismos argumentos, aplicados a sí mismo por sí mismo. Pero las y los que lo conocemos sabemos que es un sentimental incurable que para nada sabe moverse en este mundo de separados y divorciados en el que, probablemente, solo saben moverse los buitres que no están separados (pero de los casados que siempre están a punto de separarse hablaremos otro día).
Este hombre, en fin, no sé si se cree lo que dice o lo utiliza también como método de seducción (yo soy el único que te comprende, que te habla claro; y aún menos mal que no cae en el redoblado cinismo de plantear el “yo por lo menos soy claro y sincero: nada más que por eso me merezco un polvo"). Hombre al fin intentando ayudarte a salvar tu vida sentimental y tu vida erótica.
Habrá con quien resulten estas burdas tácticas, sistemas de venta en absoluto sofisticados que son tan ofensivos como los anuncios en los que tiene que venir un hombre para enseñarte a limpiar (véase Mr. Proper, el mayordomo del algodón u otros). Pero para una mujer medianamente inteligente y, sobre todo, con una cierta seguridad en sí misma, es importante que no la tomen por idiota.
A mí no me resulta primordial que el hombre con el que salgo me considere el eje de su vida, pero sí que no me considere igual a la vecina de enfrente, ni a la otra, ni a la otra. Que no suponga que todas funcionamos igual, igual que yo no supongo que todos los hombres funcionan de la misma manera.
Doy amor para recibir amor y doy sexo para recibir sexo. A veces, ¡oh maravilla! Ambas cosas coinciden.
Segundo tópico: no sé que harán las/los demás, yo no hago el amor, me gusta encontrármelo hecho.
El tercer punto es más delicado. A los hombres sí les gusta que las mujeres tomemos la iniciativa, es más, les gusta demasiado, pero... ahí tenemos todas que andar con pies de plomo, sobre todo porque si somos demasiado decididas el hombre objeto de nuestra solicitud va a andar ¡horror! con cerebro de plomo. Si no tienes muy claro que si invitas a un chico a salir es para irte directamente a la cama con él, mejor no lo hagas. Porque ellos siguen pensando que si tú propones, es porque vas directamente al grano. Les encanta, de verdad, pero cuando a un hombre se le mete esa idea en la cabeza es complicadísimo conseguir que comprendan que una mujer puede iniciar un cortejo con un mínimo de romanticismo (léase también expectativa erótica, ese prólogo que afina y agudiza los deseos, que pasa por diferentes situaciones de miradas, conversaciones, tenues roces, iniciar una complicidad que... claro, a eso sí que le tiene el hombre miedo: como que piensa que quieres pescarlo, vaya expresión más fea). Parece que no podamos tener aventuras que sean eso, aventuras. ¿Sabéis lo que es una aventura? Una empresa de resultado incierto, en la que el resultado es lo de menos, porque es el riesgo y la emoción del proceso de consecución lo que interesa. Me fascina la aventura. A muchas mujeres nos fascina la aventura. Pero los hombres no se fían: saben que desde la cuna nos han educado para evitar la aventura, para buscar la cadena, la estabilidad para nosotras y nuestros hijos. Es verdad y lo siento: es algo atávico.
Y con esto llego yo a otro tema concoinquietante (concomitante e inquietante): el peso de lo prejuicios. Remito a otro artículo de Monse, en su propio blog. La mujer separada está aún mal vista. Hay que tener una tremenda seguridad en una misma para vivir socialmente como separada o divorciada. Los hombres lo llevan mejor (por fuera), porque se comportan como “solteros de oro” que tienen que estar controlando a la horda ingente de pretendientas que se les vienen encima, todas ellas, por supuesto, deseando “pescarlos” (no solamente compartir un rato de conversación o de cama). Pero las mujeres tenemos que estarnos disculpando continuamente por nuestra situación, o disimular diciendo que así estamos muy tranquilas y muy bien y muy aliviadas y todo eso, pero con el gusanillo interior de querer poner remedio a tal incomodidad con una relación estable). Lo sé porque he pasado por eso, pero después de tres matrimonios te ríes mucho de esos complejos. De verdad. Y creo que vamos avanzando todas, más que todos.
Yo creo que está bien por hoy. Por cierto, la revisión ortográfica de Word está activada y me ha subrayado “imbécil” y “follar”. Hablando de prejuicios...

miércoles, junio 28, 2006

MERCADO DE OCASIÓN


Ahora que nuevamente vuelvo a estar sola, mi amigo-padrecito, separado por cierto, me está aleccionando sobre cómo tengo que moverme por este mundo de separados y divorciados, porque cree que soy una pobre incauta y seguramente tiene razón. Es cierto que los sentimientos suelen estar "tocados" en cuanto a todo lo que es relación hombre-mujer. Como dice sabemos que queremos algo pero ni siquiera sabemos qué...
Ya he tenido varias parejas y he ido acumulando experiencia de pareja, no de "single" como dicen ahora. Y en ese camino me he creído que la sinceridad es la mejor manera de comunicarme en general y sobre todo en una relación con un hombre en particular. ¿Por qué le tengo que decir que no me apetece salir sólo para hacerme la ocupada, la interesante? ¿Por qué no le puedo decir que me gusta o que le quiero sólo porque él no me lo diga?
Yo hasta ahora he estado en la inopia totalmente. Y como soy tan confiada, llegado el caso de enamorarme pues me he tirado a la piscina y me he ahogado (no me ha servido de nada saber nadar, mucho tríceps y poco cerebro).
Mi amigo que me escucha, me dice que soy encantadora pero muy inocente y sensible, me dice que los hombres mienten mucho. Que las mujeres queremos sobre todo que seamos lo más importante de sus vidas, que nos quieran con locura... y ellos nos lo hacen creer, puede que por comodidad, por evitar situaciones comprometidas y sobre todo para que sigamos embelesadas mientras ellos recogen la cosecha de lo que no se han molestado en plantar.
Así preguntas ¿estás enamorado?, ¿me quieres? y te contestan con un neutro "ya lo sabes". Y si no están demasiado atentos nos dicen "pues pienso en tí más de lo que crees". Y parece que la única finalidad es estar "agustito" y tener vida sexual.... ¡qué tontería, pues podían empezar por ahí, a nosotras también nos gusta!
Porque el tema de "no me hallo" da mucha pena y lo comprendes porque alguna vez has estado así, e incluso todavía lo estás, pero lo que quieren finalmente es sexo -(traducción para Meli, follar). Bueno, pues yo también, pero no tengo que ir dando pena, ni diciendo mentiras.
El juego del flirteo se ha convertido en los separados casi en patético.
Otro amigo me decía "sólo sé que necesito cariño, un abrazo... un beso...", se entiende, nos sentimos con la autoestima por los suelos tras una separación, necesitamos que nos quieran, pobrecito... pero en el caso de él por supuesto en su casa y en su cama.
Mi amigo-padrecito me dice que al hombre no le gusta la mujer que le llama y le busca, porque teme que le exija mucho, que prefieren a la fría que ellos conquisten... y dejen cuando les interese, cuando echen el ojo a otra presa. Y mientras tanto te cuentan lo solos que están, lo desvalidos, lo mal que se apañan... lo que les gustaría encontrar al fin a la mujer de su vida... Y aman poco porque seguramente no saben lo que quieren, si quedarse solos y seguir en el mercado del busco-encuentro o si tener una relación que siempre está recordándoles la otra, porque yo no sé por qué recuerdan tanto a la mujer que dejaron o les dejó.
Esto me lleva a comentar que un hombre bastante bien parecido, separado, decía que seguía viendo a su ex y echándole un "kiki" de vez en cuando. Le dije que eso no era mirar para delante y decía que sí, que de esta manera él podía hacer lo que quisiera, y así ella no tenía que echar de menos un hombre. Este regaba la parcela... la de fuera y la de dentro... es increíble. Habría que hablar con ella, igual es lista y le tiene engañado, y recuerda viejos tiempos mientras vive los nuevos. Es lo que se merece un hombre así, de los que dicen ella será siempre mía... cuernos y que lo utilicen, lo que ellos han estado haciendo siempre con nosotras.
Un último descubrimiento ha sido un chico "joven" que me da todos sus teléfonos de contacto y cuando le llamo y hablo directamente de quedar, empieza a dudar y me dice... -"me gusta una cosa de tí, eres muy valiente". Yo me río y digo -¿por qué? ¿porque soy como la del anuncio "la que no espera a que él la llame"? - Y yo me digo, ¿dónde está la igualdad?, ¿por qué una mujer es valiente por llamar a un hombre?, ¿por qué no somos simplemente personas?... ¡por favor, que alguien me lo "ezplique"!
(Espero que os haya gustado el artículo, se me ha quemado la comida de mañana, porca vita!)

sábado, junio 17, 2006

Queremos una corporación machoestética (y III)



A pesar de todo lo atractivos que puedan parecer estos gloriosos ejemplos, aquí va el segundo: Harrison, mi amiga Montse insiste en que debe crearse una “corporación machoestética”. Y es que no todos los hombres se conservan así de bien, aunque quizás sea porque nunca han sido tan guapos.
Podréis objetar que la CD no es exclusivamente cosa de mujeres: sus clientes son clientes/as. Pero yo no he visto anuncios de la CD que, por ejemplo, digan:
“Después de veinte años de matrimonio y cuatrocientos metros cúbicos de fútbol (televisado) y cerveza, mi abdomen ya no era el mismo. Pero gracias a la Corporación Machoestética y sus expertos en cirugía plástica he recuperado las formas de mi juventud”
O en los que aparezcan varios hombres sentados, fijos como Teseo a su silla, y solo uno se atreva a deambular entre ellos luciendo los glúteos que los otros pobres no osan mostrar, porque años y años de pegarlos a los asientos los han dejado planos. Hombres que observan con envidia la rotundidad siliconada del erecto.
Un hombre que se mire en el espejo levantando su camiseta, que exhiba unos hermosos implantes pectorales con los que la CD haya logrado disimular décadas de práctica de “levantamiento del vidrio” en barras y barras de tascas y locales de copas.
Tras todo lo cual se oye en off aquello de “tú también pudes sentirte mejor” y él, que desciende las escaleras, es recibido por una bella mujer que lo mira orgullosa y lo abraza embelesada.
Así que a las mujeres nos sigue dando la impresión de que, para empatar, debería existir una “machoestética”, porque la CD parece que solo es para nosotras. Y que debería existir no para arreglarlos a ellos, que hasta nos gustan maduritos y estropeados, sino para acomplejarlos también un poquito. Que es lo que con nosotras consigue la publicidad.
Cierto que hay dos temas en los que también a ellos los machacan: la calvicie y el tamaño que supuestamente no importa. Yo tuve un marido que se gastó un pastón haciéndose un trasplante capilar. Con el tiempo (poco tiempo) la mayoría de lo trasplantado se le volvió a caer, y los pelillos en cuestión no aumentaron su atractivo. De lo segundo no tengo experiencia directa, así que mejor opinan las lectoras. De todos modos me inclino a pensar que una p... de plástico no debe ser igual que una real igual que una teta de plástico no lo es tampoco.
Un beso para todas y todos, y a ver si Maru se anima y hablamos de la soja.

viernes, junio 16, 2006

Y además nos envenenan

Cuidado con la ropa. Greenpeace lanza esta alarma, seguramente justificada, como todas las suyas. No sabemos qué comemos ni qué nos ponemos. Lo mejor el algodón, que no engaña, el lino que se arruga pero es fresco y en invierno la lana. A ver si las autoridades europeas se implican. Se puede apoyar aquí

domingo, junio 11, 2006

Una corporación machoestética (II)

Se produce un extraño fenónemo:
Las mujeres parece que nacemos con un cuerpo perfecto. Mientras no somos madres, no hay problema. No es necesario hacer ningún tipo de cosa para estar estupendas (ya lo habréis oído a todas nuestras madres y abuelas; incluso, sonrojándonos, a alguna coetánea: “yo antes de casarme pesaba 48 kgs... tenía una cinturita...)...
Los hombres, antes de lo mismo, han tenido que hacer un cierto esfuerzo físico para ponerse cachas, quizás porque delgaditos... con 48 quilitos... pues no nos gustaban.
Pero claro, llega la hora de la verdad y...
Las mujeres, a partir de una edad, no muy precisada de momento, pero tampoco vamos a agobiarnos, digamos a partir del primer embarazo, que cada vez queda más lejos, tiene que ir manteniendo, con un poco de ejercicio, esa belleza “innata”.Los hombres tendrían que seguir con sus pesas y su fútbol,
pero...
Tanto ellas como ellos... se descuidan en un porcentaje alto. Y el resultado es que unos y otras crían sus grasitas (evitable) sus flaccideces (evitable) sus arruguitas (va a ser que no son tan eludibles) y sus canitas (hay tintes, o hay señores y señoras interesantes con canas).
Resultado en un varón a los 60años:


¿Qué mujer no suspira por este señor?
Miradlo: tiene arrugas, es evidente.
Tiene canas, no puede ocultarlo.
Seguramente en su cuerpo se nota también su edad..
No parece haber pasado por una clínica de estética (ni que se le ocurra, pensaréis vosotras, porque parece que hay un consenso sobre Sean Connery, y es que está mucho más estupendo de maduro que en su época de 007).
No es difícil encontrar en nuestro entorno señores atractivos e interesantes. Y no es porque se cuiden mejor. Es por los patrones estéticos. Cuando vemos el anuncio de la señora que baja las escaleras anunciando que la CD le ha salvado la vida erótica porque, claro, después de dos hijos sus pechos no eran como los de antes, o esa que se infla de leche con soja para tener el premio- las dos- de un hombre que con mirada de orgullo las abraza, pues vemos un señor con arrugas que pasa claramente de los cincuenta y nos preguntamos: y este señor, por qué no se ha inflado de soja y ha ido a la dermoestética? Eh, ¿por qué no? Pues porque a nosotras nos gusta. Nos gustan sus canas, sus arruguitas, etc... Y puede que a ellos también les gusten nuestros cambios propios de la madurez, pero la publicidad no da tregua a una variación en esos rígidos patrones estéticos. ¿O sí? La publicidad no busca nada más que vender el producto: una vez más, depende de nosotras.
(CONTINUARÁ )
Y el próximo día, hablaremos de la soja.

sábado, junio 03, 2006

Queremos una corporación machoestética (1)


¿Podrían soportar los hombres el acoso publicitario continuo de una compañía que te recuerda a diario que puede suceder que:
-tus pechos no sean los mismos porque has tenido dos hijos, y claro... (más bien lo dan por seguro, como comprendiendo tu problema, claro, el de todas, claro, para que no te acomplejes, fíjate).
-tengas las piernas llenas de varices. Esto sí que debe ser un problema generalizado, porque en el anuncio salen todas las mujeres del mundo mundial con las piernas tapadísimas, todas menos la bienaventurada que ha ido a la CD, que además de no tener varices, encima no tiene envidia cochina, que a mi modesto entender es una cosa que hace más daño a nivel psíquico e incluso físico, porque causa arrugas, aunque claro, también ellos las arreglan, así que miel sobre hojuelas).
-el terror de los terrores: seguro, seguro, eres víctima de la celulitis. Cierto que ahí sí que tienen un 90% de posibilidades de acertar, incluyendo adolescentes, pero como más de una la ha palmao tratando de eliminar lo que a la postre no es más que un rasgo sexual femenino,
pues por lo menos nos podemos entretener cantidad coleccionando los eufemismos con los que disfrazan lo que antes era una liposucción: remodelamiento, lipoescultura, body building...
-tu rostro tenga arruguitas, arrugas, fallas y plegamientos. Ya sin comentarios, porque los haremos más tarde.
-otros... sin especificar, porque la publicidad solo es efectiva si limita sus slóganes y machaca sobre tres o cuatro temas.

No menciona la CD que:
-puede ser que no se te hayan desplomado los pechos porque simplemente has tenido la precaución de no quitarte el sujetador ni para dormir, amén de (y esto apuntarlo también para lo que sigue) haber heho sólo un poquito de ejercicio físico. Además, amamantar no solo no es perjudicial para los pechos, una lactancia bien llevada puede incluso endurecerlos y aumentar los pezones, incluso colorearlos, para más inri.
-las varices son un problema circulatorio que arregla la Seguridad Social gratis. Que también algo de ejercicio y mantenerse en un peso normal las previenen... y que cuando salen... puedes hacer lo que quieras... pero volverán a salir. Palabrita de amigas mías que se ha operado, las pobres.
-la celulitis no se cura, ni se destruye, ni se transforma. Después de una liposucción vas a tener que hacer lo que habrías tenido que hacer antes: ejercicio y alimentación sana. Hazlo antes, te ahorrarás 3000€ mínimo.
-¿De verdad queremos borrar los signos de nuestras alegrías, tristezas, todo aquello que podría volvernos “interesantes”? Recordamos que a los dieciocho años tenemos la cara que nos dio la naturaleza, a los cincuenta la que nos hemos buscado. Si es un careto, entonces sí, acude a la CD, pero no creo que sea nuestro caso.

Y tampoco menciona, y es peor, que..
-después de la CD, sí que tus pechos no volverán a ser los de antes. Su tacto será el de los pechos de la Barbie más o menos, besar tus labios (deben regalarlos con el lote de silicona, o bien te ponen los recortes en la boca como cuando haces masa de empanada -que por cierto es un ejercicio estupendo para los pectorales- y dejas los recortes para adorno) será como chupar la goma de la manguera. Y tus sensaciones... "¡Ay, amor que se fue por el aire!"...
-las varices vuelven, y vuelven, y vuelven, y duele tela el postoperatorio, y duele, y duele...
-la liposucción es una práctica de alto riesgo, le pongas el nombre que le pongas.
-la piel estirada no es expresiva.
-y otros...
(continuará, y además, después, hablaremos de la soja)


Con permiso de mi admirada MAITENA