martes, enero 30, 2007

EL AMANTE IMPERFECTO


Me dices que estás libre por poco tiempo, que buscas tu mujer ideal, que casi has estado a punto de hallarla y que seguro que pronto la conocerás.
Conocí una chica, era peligrosa para mí, pero no, no será ella la madre de mis hijos. Ahora creo que hay otra... quizás, mientras...
Mientras amas con dedos sabios que han conocido muchos cuerpos, eres cariñoso y atento. Podías quedarte en alguna de las playas a las que te llevó el deseo.
Conozco bien a la mujer, a cada una, no pueden tener queja de mí, a cada una le doy lo que les gusta.
Pero tu búsqueda ¿adónde te lleva? No cesa porque quizás no existe esa mujer o es la imposible, un reto. Puede que tengan que parecerse en algo a alguien que quisiste hace tiempo.
Conozco a muchas y también comparo mucho. Seguramente sé más lo que no quiero que lo que quiero. Hay puentes que ya no voy a cruzar y no quiero equivocar el camino.
Pero también te gusta el abrazo en la cama, la caricia, la ternura...
Ahora puedo estar con una linda mujer. Soy buen amante, ella lo sabe. Ya no estoy solo, pero que no se crea nada, no quiero agobios.
No estás dispuesto a renunciar a nada, quieres amor pero no entregarte.
Sé que ella podría llegar a ser alguien especial, pero mejor que no lo sepa. ¿Y si hubiera otra ahí fuera, aún por llegar? Ahora puedo estar con esta, que me gusta y me conforta ¿para qué complicar más? Y si la tengo a ella también podría tener otra mejor, con esa sonrisa especial, más dulce, o lista, o que me mire de otra manera... de esa manera...
Quizás eres tu quien debe mirar de otra manera. Lo que sucede es que no te enamora. Le pusiste una barrera al amor y sólo te quedas en la superficie de la persona, en el físico, no llegas a conocerla.
Es verdad que no me enamora, porque ella no es para mí, realmente no es la mujer de mi vida. Ella está aún por llegar, ya la encontraré.
No la quieres conocer.
Tampoco me va mal, soy la envidia de muchos, realmente estoy mejor así.
Eres el amante imperfecto, el que conoce el arte de amar como el que más, pero te llevas lo mismo que das, no llenas, no eres real, eres una pieza más del juego del amor sin amar.