sábado, junio 17, 2006

Queremos una corporación machoestética (y III)



A pesar de todo lo atractivos que puedan parecer estos gloriosos ejemplos, aquí va el segundo: Harrison, mi amiga Montse insiste en que debe crearse una “corporación machoestética”. Y es que no todos los hombres se conservan así de bien, aunque quizás sea porque nunca han sido tan guapos.
Podréis objetar que la CD no es exclusivamente cosa de mujeres: sus clientes son clientes/as. Pero yo no he visto anuncios de la CD que, por ejemplo, digan:
“Después de veinte años de matrimonio y cuatrocientos metros cúbicos de fútbol (televisado) y cerveza, mi abdomen ya no era el mismo. Pero gracias a la Corporación Machoestética y sus expertos en cirugía plástica he recuperado las formas de mi juventud”
O en los que aparezcan varios hombres sentados, fijos como Teseo a su silla, y solo uno se atreva a deambular entre ellos luciendo los glúteos que los otros pobres no osan mostrar, porque años y años de pegarlos a los asientos los han dejado planos. Hombres que observan con envidia la rotundidad siliconada del erecto.
Un hombre que se mire en el espejo levantando su camiseta, que exhiba unos hermosos implantes pectorales con los que la CD haya logrado disimular décadas de práctica de “levantamiento del vidrio” en barras y barras de tascas y locales de copas.
Tras todo lo cual se oye en off aquello de “tú también pudes sentirte mejor” y él, que desciende las escaleras, es recibido por una bella mujer que lo mira orgullosa y lo abraza embelesada.
Así que a las mujeres nos sigue dando la impresión de que, para empatar, debería existir una “machoestética”, porque la CD parece que solo es para nosotras. Y que debería existir no para arreglarlos a ellos, que hasta nos gustan maduritos y estropeados, sino para acomplejarlos también un poquito. Que es lo que con nosotras consigue la publicidad.
Cierto que hay dos temas en los que también a ellos los machacan: la calvicie y el tamaño que supuestamente no importa. Yo tuve un marido que se gastó un pastón haciéndose un trasplante capilar. Con el tiempo (poco tiempo) la mayoría de lo trasplantado se le volvió a caer, y los pelillos en cuestión no aumentaron su atractivo. De lo segundo no tengo experiencia directa, así que mejor opinan las lectoras. De todos modos me inclino a pensar que una p... de plástico no debe ser igual que una real igual que una teta de plástico no lo es tampoco.
Un beso para todas y todos, y a ver si Maru se anima y hablamos de la soja.

2 comentarios:

Mar dijo...

Los únicos anuncios en que vemos una tremenda jaca embelesarse con un hombre son los de afeitado. Pero los que son la leche son los de productos de belleza para hombres...esa chica metida en la bañera con las rodajas de pepino en los ojos y la mascarilla, y él que se pone una cremita y se burla de ella, "cómo te complicas". Y ese eslogan... "todo lo que un hombre necesita". Anda que no se nota la diferencia cuando un hombre se "arregla" - es un decir - para una mujer y cuando se arregla para otro hombre. La mayor parte de hombres gays suelen ser tremendos peazos de tíos porque saben lo que hay, ellos son más exigentes, y así los ves, cómo se afeitan, se peinan y se visten, van al gimnasio...cosas que un hetero no suele hacer por una mujer a partir de los primeros meses de relación, cuando ya la tiene "pillada". (Ah, qué tiempos cuando mi medio pomelo se afeitaba cada tres días...ahora convivo con un cactus seis días a la semana...y cuando se afeita no es por mí, sino porque ya llega un momento en que tendría que empezar a dejarse la barba, o ¡horror! esa perillita que lleva el de Estopa y que llevo MESES pidiéndole que se deje, porque ME PONE... pero no, por una tía hay cosas que no se hacen. Pa' qué, si nos van a querer igual, pobrecillas...

Monse dijo...

Desde luego me tengo que reír y eso que no tenía ganas...
Meli, sin despreciar, que me he reído mucho y tienes más razón que una santa, pero cuando en lugar de visualizar abro el blog y veo a Harrison Ford, hija! cuánto gana el artículo!!!
Mar, parece que están hechos en serie, (lo mismo estamos en "un mundo feliz" y no nos hemos dado cuenta), los 2 primeros con los que conviví les pasaba exactamente igual, todavía peor, como pasáramos un fin de semana de estos de invierno de frío y mal tiempo es que ni se duchaban... y eso para la libido... pues como que no, chica, y tú dices ¡vaya timo! esto no era lo que yo había comprado. Una pena bajar al planeta tierra de la convivencia después de los primeros tiempos de enamoramiento. Yo en venganza con bata de guatiné todo el día y rulos no porque nunca me los he puesto que si no también.