domingo, abril 01, 2007

"Cambio radical"


Sé que debería ver el programa antes de escribir esto, pero me da mucha grima, así que me he limitado a visitar su página web, que también me ha dado mucha grima. No solo por el tema, que ya sabréis los habituales que soy una “forofa” de las operaciones de estética, sino por el circo mediático que se va a montar con ellas.
Asco me dan los cutreprogramas por los que desfilan personas exhibiendo todo tipo de desgarros y miserias morales para regocijo del público que gusta de ellos. Pero para mí ya ronda lo descabellado o lo demencial lucir la propia podredumbre física en todos sus detalles... ¿para qué?
¿Para transformar el propio físico? Eso se puede hacer con suma discreción, por ejemplo, en la Dermoestética. No consiste en eso solo, entonces. Añadamos complementos circunstanciales:
¿Para transformar el propio físico de forma gratuita? En fin, no sé, se pueden presentar esas señoras (sí, “señoras”, de eso trataremos infra) a cualquier otro concurso y operarse con la pasta obtenida.
¿Para transformar el propio físico saliendo en la tele? Creo que ahí le hemos dado. El espíritu que guía a estas mujeres al presentar públicamente su miseria corporal y el hipotético arreglo de la misma es el mismo que induce a las que aparecen cotidianamente en los programas de telebasura exponiendo sus intimidades.
El programa nos lo vende así:
“un gran equipo compuesto desde (cirujanos plásticos, psicólogos, ortodoncistas, nutricionistas, estilistas, entrenadores personales, oftalmólogos, etc.) modelan los cuerpos y el rostro de los participantes, aunque lo mas importante es que los candidatos a través de las operaciones de cirugía estética se sentirán mejor física y psicológicamente, ya que este programa es exclusivo para personas que por su condición física desarrollan complejos que no les dejan llevar a cabo una vida normal”.
¿Una persona que pasa por televisión para todo esto puede llevar después una vida normal? ¿Es normal esa persona, ya para empezar? Su vida, supongo, será un escaparate a partir de ahí. Y supongo que lo sabe esa persona y, puesto que lo sabe, supongo que lo busca. Engrosar las filas de los famosillos que dan de comer a las revistas del corazón y los programas de TV equivalentes, que a su vez hacen su fortuna (¿y/o su desgracia?).
Pero “tranqui”: esas personas deben ser supernormales, no paranormales. Los requisitos para solicitar la dudosa suerte de la participación en el programa son los siguientes (según las mismas fiables fuentes):
  • Tener buena salud en general.
  • Ninguna enfermedad.
  • No depender de ninguna medicación.
  • No fumar.
  • No beber alcohol.
  • Buen equilibrio psicologico.
  • Tener buena relación familiar.
Lo siento. No me lo creo. No creo que una persona que reúna estas condiciones se presente a semejante programa. De hecho, visualizando los vídeos de las candidatas veo que su relación familiar no es nada feliz. Una mujer, por cierto, bastante mona de cara, pero simplemente gorda, quiere cambiar incluso su rostro porque dice no gustar ya a su marido. Y es una candidata aceptada. Ha superado el duro casting. Porque otra cosa que me alucina es que aseguran ellos que las solicitudes son “numerosísimas”.
¿Tan enferma está nuestra sociedad?Y peor aún: el 80% de esas solicitudes son de mujeres. Y la publicidad del programa, que en su página web asegura que es imprescindible “tener buena relación familiar” difunde mensajes como “si cambio, mi pareja no me abandonará”.¿Tan inseguras estamos las mujeres hoy día?
En la generación de nuestras madres estábamos mejor a ese respecto. Las mujeres se casaban, tenían hijos, y engordaban y se deformaban alegremente, puesto que era considerado el envejecimiento y el deterioro como algo natural.
Ahora que vamos demostrando que somos algo más que un cuerpo se produce el extraño fenómeno de que nos obsesionamos con nuestro físico. Hablo de obsesión porque no se trata del normal deseo de lucir atractiva y de un mínimo entrenamiento para conseguirlo que necesariamente ha de aunar ejercicio físico y cosmética. Hablo de comprometer la estabilidad económica, la salud mental y la corporal y, en el caso que nos ocupa (el del programa en cuestión) la dignidad personal.
Esa dependencia obviamente creciente de la mirada del macho ¿a qué se debe? La respuesta, supongo, es demasiado compleja, y yo misma no tengo una opinión bien formada sobre el tema. Sirva solo para la reflexión esta cuestión en particular.
Otra cosa es : ¿Cómo de interesantes han de ser los beneficios económicos del programa para pagar tan nutrido grupo de personal competente, tanto en el terreno médico como en el televisivo? Está claro que calculan que la audiencia será enorme. Yo os invito a no incrementarla, claro está, si pensáis, como yo, que es un programa que nos denigra como personas en primer lugar, y como mujeres de forma accesoria, pero no menos importante.
Nota: en la página en cuestión abundan las incorrecciones ortográficas, puesto que en el equipo no figura ningún corrector de estilo. Por tanto, disculpad las que veáis en los entrecomillados.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, Meli!

Soy Manolo Zamorano, el amigo de Monse. Aunque me dedico a dar clases de los módulos técnico-científicos de Estética, lo primero que les digo a mis alumnas, o algun alumno, al empezar cada curso es que para mejorar la imagen personal de alguien, lo primero que hay que hacer es hacerle sentirse bien consigo mismo y luego vendrán las otras correcciones. Sia lguien está mal en su interior, querrá hacerse tantas correciones que después le sobreviene la crisis de identidad, y eso si que es grave... Ya no estás mal contigo mismo, para colmo no sabes con quién estás mal... Un abrazo

Suse Kew dijo...

Qué guay. Modelan los cuerpos y los rostros. Qué bien suena! Y qué fácil es todo. Vivimos en el país de la piruleta! De la piruleta hipocalórica, por supuesto. Y del dinero y talentos científicos hipermalgastados.

La vida de la gente está vacía, muy vacía. Me alegro de no estar al tanto (me acabo de enterar de la existencia de tal programa). Mis hijos no tendrán televisión en casa... eso lo tengo claro.