viernes, diciembre 22, 2006

APRENDAMOS DE ELLOS, ¿POR QUÉ NO?


De niña leí “Cinco horas con Mario”, pero fue de mayor cuando me fascinó, será porque me identificaba con esa señora que tenía horas de reproche guardados. Creo que con cinco horas me quedaría corta para poner verde a mi último “ex”, aunque en verdad cinco minutos y ya le dedico mucho de mi valioso tiempo. Esto es para quedar bien, porque no debería confesarlo, pero sumando todos los ratitos que se me ha ido la cabeza a “las verdades que le diría”, se me queda corta hasta la enciclopedia Espasa.
Bien pensado, prefiero dedicar mis pensamientos a los posibles y a los futuribles. Aclaración: futurible no significa que vaya más allá del próximo fin de semana, que las relaciones interpersonales entre sexos opuestos están más que pasajeras, volátiles. Es como ese chiste del que va al médico y le cuenta su problema de eyaculación precoz. El médico asombrado dice “¡coño!”, y el paciente “¡Ahhhhh!”
Ligar se liga fácilmente, ahora ojito con saber nadar y guardar la ropa, que con los hombres hay que andar entre tiburones y cabrones, poquitos se salvan. Con lo que, en la gran mayoría de los casos, podemos seguir comprobando que no avanzamos, que los tíos tienen la sensibilidad en... ya sabemos dónde.
¿Y si nosotras hiciéramos lo mismo? ¿Y si nos mostramos con ese mismo tipo de “sensibilidad”?
Ánimo, que como dice el dicho, si no puedes con ellos únete a ellos. Creo que vamos aprendiendo...

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